Tributos

viernes, 22 de junio de 2012

Capitulo 8: Entrenamientos

¡Hola! En realidad iba a subirlo mañana, pero me dais a animos a seguir escribiendo mis locuras ;)
Siento ser pesada, pero simplemente quiero recomendaros una canción con la que me he obsesionado completamente. Es "Feeling Good" de Michael Bublé. Aquí os la dejo:




A las nueve y media, salto de la cama y corro a prepararme. Me han dejado una nota indicándome que mi ropa para el entrenamiento está en el primer cajón. Lo abro y me encuentro con un pantalón largo y  y una camiseta de tirantes negra con una raya azul. Ato las robustas botas que descansan junto al armario y me peino en mi habitual recogido. Justo antes de salir, me acuerdo de mi guardapelo y me lo cuelgo. Los revisaron y nos trajeron nuestros recuerdos de madrugada, aunque lo considero un requerimiento estúpido para nosotros.
El comedor esta vacío, me siento a esperar a Darrent pero, tras quince minutos después, estoy muerta de hambre, así que me abalanzo sobre la bolsa. Me sorprende encontrar un termo medio vacío y unas pocas galletas. Mosqueada, camino hasta el cuarto de mi compañero, llamo y al ver que no me contesta nadie, entro, pero no esta. Se ha ido.
Vuelvo enfadada al comedor, me zampo el desayuno y bajo las escaleras echa una furia. Por el breve camino me encuentro con la chica del Área 3, la del pelo rosa. Ella me mira y me sonríe, lo que me anima un poco.
Al entrar en la sala de entrenamientos, busco a Darrent con la mirada, y le veo hablando con los tributos  masculinos del Área 3 y 11. Voy hasta él, le agarro del pelo y le espeto:
-¿Por que no me has esperado?
-¡AH! ¡Suelta!
Él me coge y me echa a su espalda, mientras yo pataleo y me quejo. A mi alrededor oigo risitas que solo hacen que me enfurezca aun más.
-¡Eres idiota!
-Muchas gracias-dice riéndose
Le muerdo y consigo liberarme de su agarre, pero justo cuando me voy a echar sobre él, aparece la entrenadora, una mujer llamada Atala.
-¡Quietos! Ahora, prestadme atención.
Su voz es aspera y hueca, no como otros años, que era firme y autoritaria.
Comienza con el discurso de siempre. Que si no cojamos armas, que mejor supervivencia, que moriremos de esto y de lo otro... Pero mi mente se siente traicionada.
-Ya podéis comenzar.
Voy primero a los puestos de supervivencia, como nos sugirió Peeta. El de plantas comestibles se me hace muy lioso, pero consigo memorizar un par. Luego, aprendo a hacer fuego con cerillas, y me pongo como reto aprender con silex, pero más tarde. Por ultimo, me dirijo al puesto de las espadas con una sonrisa.
El entrenador me ve y se acerca, dejando a los otros tributos con los ayudantes. Me muestra las armas y señalo hacia arriba. El arquea las cejas sorprendido, y me la entrega. Es alargada y esta magníficamente afilada. Perfecto, como las de casa.
Me coloco en posición, el coge otra espada, un poco más robusta y comienza a atacarme. Esquivo dos de sus ataques pero el tercero me roza las costillas y me desequilibra. Choco contra el frió suelo y maldigo en voz baja. Me levanto y me atuso el pelo. Luego me coloco en posición y comienzo a luchar de nuevo.
Media hora después, vuelvo a caer al suelo, pero esta vez, levanto mi espada y la hago chocar contra la suya, apartándola de mi cuello. Ruedo, apoyándome sobre una pierna, levanto el arma y con un movimiento ligero lo tumbo.
Sonriente y exhausta, le ayudo a levantarse. Vuelvo contenta a mi planta y por el camino, me sorprende ver como Darrent se había fijado en mis cualidades con la espada y las alababa.
Pero yo no perdono fácilmente.

Me ducho y cambio mis ropas sudadas por un jersey rosa y un vestido colorido. Mientras me recojo el pelo, camino por la planta, añorando a mi madre, mi hogar, mi ciudad...
Todo.

Tiempo atrás

-Mags, no les veo.
Ella se giro y miró a la pequeña Sophie. Sus ojos azules se agrandaban y encogían, intentando ver algo, sin éxito. Mags rió y llamo a Finnick, que la cogió en brazos.
Ahora veía perféctamente. Caesar Flickerman, de color magenta, presentaba las entrevistas como hacia desde hace unos cuarenta años. Fue entonces cuando llamaron a Annie, la tributo del distrito cuatro, y los tres tensaron todos los músculos.
Entro haciendo gracias a un hermoso vestido verde que realzaba sus ojos y se ajustaba perfectamente a su figura. Caesar, naturalmente, alabo la extraordinaria belleza de la muchacha y paseo con ella por el escenario para que la vieran bien. Luego le pregunto cuestiones de amores, tema que hizo a Annie sonrojarse y tartamudear, por lo que Caesar paso a su técnica en la Arena. Ella simplemente mostró una sonrisa mágica y hechizó al publico diciendo: <<Pero, si les digo lo que haré, perderá toda la diversión>>
El zumbido que anunciaba que sus tres minutos habían pasado desato una tromba de aplausos y silbidos. Ella hizo una reverencia y se fue, para dejar paso a su compañero.
La pequeña Sophie sonreía ampliamente mientras aplaudía.
Aquellos serían unos buenos Juegos.

7 comentarios :

  1. ME ENCANTAAA *-* en cada capitulo me enganchas más a la historia :) sigue así

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  2. Esta geniaal! Necesito el siguiente yaa!
    Besos!

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  3. Es perfecto!!
    Espero el siguiente, como siempre te decimos. Pero es que es verdad.
    :D
    Escribes muy bien Nina, me encanta!

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  4. Me está encantando la historia!! desde que descubrí tu blog no puedo parar de leer! :)

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  5. me encanta la historia, me he quedado pegada

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  6. Hola nina, soy nueva en tu blog y he de decir que de las versiones de los 76 JDH esta es la mejor sigue asi me encanta debo decir que tienes en don para escribir y no pares nunca.
    Un besazo enorme
    Blanca

    Pd me encanta la cancion de Feeling Good pero tiened que escuchar la de Fever de Michel Bublé ;)

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    Respuestas
    1. Muchas gracias ^^! La he escuchado, Dios Bendito es increible ¿has oido Hollywood? El video es increible

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