Tributos

miércoles, 4 de julio de 2012

Capitulo 24: "Tres son multitud"

Parpadeo para apartar la sangre de Darrent y poder ver quien me ha salvado de su furia.
-Christian...-susurro.
Le ha clavado la espada en la espalda y ahora jadea, bien por la carrera en bosque o por el acto de haber matado. Saca la espada y el cuerpo moribundo de Darrent me golpea, dejándome sin aliento, pero él me agarra y me dice casi desesperado:
-¡Corre!
Salimos disparados hacía la cascada, y oímos los gritos de Beid al descubrir el cuerpo inerte de Darrent. Vuelvo a encontrar la dirección a la cascada y llevo a Christian hacía ella. No oigo que nos siga nadie, y eso me alivia, aunque claro, solo quedaba Beid, y los tributos del 11 todavía no había regresado.
Seguimos corriendo hasta llegar a chocar con el muro. Cogí la cuerda y entonces me di cuenta de que no tenía para Christian, por lo que subimos al peñasco y él ato otra mientras yo ataba el escudo alrededor de la mochila para que no se soltara. Cuando bajamos, colgando de ellas, le explique lo que tenía que hacer y ya sea por la oscuridad que había o por miedo a lanzarse contra una cascada, se negó.
-Muy bien-le dije-Espérame aquí, tardare poco.
Pero tampoco le debía hacer mucha gracia quedarse colgando de una cascada por lo que entramos atravesando el agua con gran estrépito. Tosí un poco, me descolgué la mochila y me puse a buscar la medicina que milagrosamente no se había roto.
El cuerpo de Nata estaba irreconocible. Con ayuda de Christian le quitamos la ropa que le había puesto antes de irme y observe que la infección había avanzado por la parte izquierda de su cuerpo, cubriéndole medio rostro y comenzando a extenderse por el resto del cuerpo.
Cuando me puse a su lado para darle la medicina, lo que antes eran sus labios se abrieron y graznaron:
-¿..O..p..ie?
-Hola, hola-le susurre apartándole los mechones plateados del rostro- Ya he vuelto, tranquila.
Christian la incorporo y le di de beber la medicina, que olía a rayos. Dio arcadas y tuve que taparle la boca para que se la tragara toda, pero finalmente se la bebió toda y quedo tirada en el suelo, sin moverse.
-Nata...-susurre.
Pero no hubo respuesta. Ni siquiera parecía respirar. Mire a Christian aterrorizada y él la cogió, puso un brazo en su vientre, apoyando el codo y la agarro la cabeza con el otro.
-¿Que haces?-pregunte asustada.
No me respondió. Pero entonces hundió su codo en el vientre de mi aliada y ella se sacudió abriendo los ojos de par en par y gritando asustada.
-¿¡Pero que haces!?-le chillo.
-Despertarla-me responde tranquilamente.
Bueno, en eso había acertado. Abrace a mi pelirosa y trate de tranquilizarla, luego le di un poco de agua y le permití dormirse. Comencé a ordenar las provisiones para tranquilizarme. No desate el escudo pero saque la espada y la coloque junto a mi saco extendido, luego le ofrecí una manzana a Christian y yo me comí otra.
Pasada una hora me volví hacía Christian.
-¿Crees que vivirá?
-No lo se. Cuando he visto su aspecto casi me da algo, pero le has dado la medicina, así que...-dejo la frase en el aire y ninguno de los dos continuo con la conversación.
Unos minutos después le pregunte:
-¿Por que me dejaste ir?
Él sigue mirando las gotas que caen de la cascada y dice:
-Eres buena persona, no mato a las buenas personas.
-Pero cuando te dije que había activado una bomba aún no podías saber que era una buena persona-digo confusa.
-Bueno, déjalo en que te deje vivir, podrías decir "gracias" y ya esta-me respondió mordaz.
-Pues... gracias-dije y me metí en el saco-puedes dormir, nadie nos encontrará aquí.
Se recostó en el suelo y se quito su chaqueta para usarla de almohada.
Pero por dentro había preguntas que me reconcomían.
-Christian...
-¿Qué?-respondió él con voz somnolienta.
-¿Ahora... te puedo considerar aliado?-pregunte dudando.
-Bueno, teniendo en cuenta que te he dejado vivir, que te he salvado la vida y he matado a uno de los profesionales por ti, yo creo que si ¿no?
Entonces me permití dormir, más tranquila.

Un grito fue lo que me despertó. Algo agudo, de mujer, y ya que yo no estaba chillando y no era un sueño...
-¡Nata!
En efecto, estaba recostada en su saco, con su color natural y con pequeñas escamas de color plata. Sin embargo había cogido su cuchillo y apuntaba a Christian.
-¡Nos han descubierto!-chillo.
Me lance al lado de Christian y me puse delante de él como escudo humano.
-Nata, tranquila ¿vale? Gracias a Christian tu estas viva.
-¿Cooooooomo?-pregunto la pelirosa enarqueando una ceja.
Le conté todo lo ocurrido desde que ella enfermo, la mayoría de las cosas no se acordaba y de las otras solo tenia recuerdos vagos. Cuando llegue al momento de la Cornucopia omití parte de nuestra conversación  y pase a que él mato a Darrent para salvarme y luego me ayudo a darle la medicina.
Ella seguía recelando.
-De todas formas no confío en él-me dijo.
-Estoy aquí-dijo Christian.
Suspire.
-Dale una oportunidad, por favor-le susurre.
Ella se lo pensó y finalmente dijo:
-Vale, pero a partir de ahora voy a dormir siempre con un cuchillo a mano y si encontramos un tenedor, es mío.
Sonreí.

3 comentarios :

  1. LO SABÍA!!!!! LO SABÍA LO SABÍAAAAA! Me encanta Christian, me encantó desde que bailó con Sophie el tango de Roxanne... Es tan... tan... Christian! jajaja, brillante Nina, me encanta. Capítulo 8 en mi blog, besos:)

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  2. "-Y si encontramos un tenedor es mío" Jajajajaj me encanta Nata, menos mal que se ha recuperado :)
    La verdad es que entre ella y Christian, Sophie tiene los mejores aliados d toda la Arena!! Habrá que ver ahora si se soportan entre ellos je, je

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  3. Sí sí siiiiiiii!!! Christian quiere a Sophie!!!!!!!! !!!!!!!! Pero ahora son tres... alguien sobra y no quiero que se muera ningunoo!
    Está genial Nina!
    Besos!

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