Tributos

sábado, 7 de julio de 2012

Capítulo 28: Fantasmas

Y ahora, si que si, vengo a despedirme. Un muxu enorme a todos mis queridos tributos, y espero que os guste este capítulo, se que soy una ca***** por dejaros con semejante final, pero...
¡Lo siento!
Drewinthesky, Rea, Ranum, Criskti, Cereza21, Beid, Cato, Laura, Kationak, Fresita_98, Dillaardi.... ¡os echare de menos!
Volveré a principios de agosto. Un muxu.

Las calles del destruido Capitolio están totalmente desiertas, sin siquiera un alma. Aún y todo, agarro mi espada y giro constantemente la cabeza, obsesionada con la idea de que me siguen. Borro mis huellas lo mejor que puedo, pero aún con eso queda un ligero rastro, fácil de seguir si se presta atención.
Me escondo tras unas casas, contiguas a la mía. Llegar aquí ha sido fácil, demasiado fácil...
Algo va mal.

Me arrastro por la nieve, con el escudo atado a la mochila, las armas guardadas, salvo el cuchillo que llevo agarrado con los dientes. Me fijo en la puerta, y veo que han unido al candado unos tentáculos de hierro y acero, para que sea imposible abrirlo. Bueno, siempre puedo saltar. Salto la verja y aterrizo sobre un montón de nieve, por suerte, el escudo recoge la mayor parte en la caída.
Al ponerme de pie, avanzo hacía la puerta principal de la casa, y me sorprende encontrarla abierta. El  interior esta en mal estado, con los muebles rotos, las telarañas colgando (compruebo que no haya arañas-metálicas) y todo a oscuras. Las luces no funcionan, y me veo obligada a encender una vela para ir vagando por toda la casa. A oscurecido ya cuando he comprobado que no hay nadie en la planta baja ni en el primer piso. Por lo que entro en un cuarto de la primera planta, atranco la puerta y preparo el sofá para dormir en el. Dejo la mochila en el suelo y el escudo al lado, pero la espada se queda colgando de mi cinto al igual que el cuchillo, por último me acuesto dentro del saco y observo mejor la habitación en la que me encuentro. Recuerdo que aquí solía jugar cuando era pequeña y mi tutor me daba las clases, que odiaba a muerte. Las paredes del cuarto son de un tono blanco amarillento, aunque originalmente eran blancas, los muebles consistían en este sofá de terciopelo rojo, que ahora estaba roto y desgastado, una mesita de cristal que había sido derribada hasta convertirse en miles de diminutos cristales, unas sillas con unos pocos arañazos y una mesa de color café, que parecía intacta. Se fijo en una caja que descansaba sobre la mesa, y que atrajo su curiosidad, pero tan solo contenía viejos juguetes, la mayoría rotos. 
Sonrío levemente, y luego trato de imaginar cual era el propósito de todo aquello ¿Desanimarlos? Sí, se había puesto triste al ver su casa mal, sobre todo el interior, pero no estaba peor de lo que había estado cuando comenzó a jugar. 
No entendía nada.
Cogí uno de los juguetes, un extraño pájaro, y me lo pasé distraidamente entre las manos. Luego cerré los ojos y apoyé la cabeza contra la mesa, intentando pensar en algo coherente dentro de aquella locura. No entendía los propósitos de los vigilantes-rebeldes, tenía sentido separarnos, pero de momento estábamos a salvo en nuestros hogares.
Pero una carcajada me saco de mis pensamientos.
Lo primero que me llama la atención es el cambio radical que a dado la habitación. Si antes estaba completamente rota y abandonada ahora esta impoluta e incluso parece irradiar vida. Pero sin lugar a dudas, lo que casi provoca que me desmaye, es la niña de cabello rubio plateado que espera sentada en el sofá.
Mi otro yo se levanta y se acerca a mí, ofreciéndome su mano. Pero, asustada, doy un paso atrás y tropiezo,  dejando caer el juguete y provocando que todo aquello desaparezca.
Desconcertada, vuelvo a coger el juguete, lo giro en mi mano y todo vuelve a aparecer, yo incluida. Mi yo pequeño me mira haciendo un mohín muy gracioso. Me vuelve a ofrecer la mano y esta vez se la cojo, sorprendiéndome de que parezca y se note tan real. Me saca fuera de la habitación y echo una mirada nerviosa a mis provisiones y al escudo, pero mi pequeña me arrastra hasta que consigue sacarme fuera. Andamos por los pasillos de la mansión y no sé muy bien a donde me quiere llevar cuando subimos al tercer piso y giramos a la derecha.
Mi habitación.
Por alguna extraña razón, no quiero entrar, no quiero encontrarme con mis viejos recuerdos o mis otros yo dentro. Me da miedo.
Mi niña me mira y yo me agacho para susurrarle:
-Lo siento, no puedo entrar ahí.
No se si me a entendido, porque ni siquiera parpadea cuando lo digo. Pero luego abre la boca y suelta un horrible chillido, tan fuerte que parece mover las paredes y suelto el juguete, arrojándolo lo más lejos de mí.
Pero es lo suficiente para aterrorizarme.

Cuando vuelvo a abrir los ojos, comprobando dulcemente que sigo viva, deseo con todas mis fuerzas que lo que ocurriese anoche fuera una pesadilla.
Desgraciadamente, rara vez se cumplen mis deseos.
Vuelvo al cuarto y recojo mis provisiones, ya que hoy a la noche, tenemos que volver a encontrarnos todos. Me como mi última manzana, pero mi estomago sigue hambriento aunque intento acallarlo bebiendo el poco agua que me queda.
Bajo al vestíbulo, escondo la mochila en un armario y corro a la cocina. Pero me llevo una gran decepción cuando abro el grifo y veo que esta roto, como todo lo demás. Cojo un bol y la chaqueta gris y salgo al frío invierno para coger algo de nieve y derretirla. Cuando lleno el bol vuelvo dentro y transformo aquello en agua, pura y limpia, cuando un ruido me sobresalta.
Miro a las escaleras, pero me ha parecido que el sonido ha venido de más arriba, del tercer piso, por lo menos. Tiemblo mientras guardo el agua junto al resto de las provisiones, como unas galletas y oculto aún más la mochila, pero me armo con el cuchillo, la espada y el escudo. Todo aquello con la intención de explorar la casa, para encontrar al intruso.
No me preocupo en volver a revisar los primeros pisos, si no que paso directamente al segundo, al que yo llamaba "zona de trabajo". Allí estaban los despachos, el aula de esgrima, la sala de reuniones...etc
Pero todo esta vacío.
Continuo y comienzo a examinar cuarto por cuarto el tercer piso "Privados" en el que se encontraban las habitaciones de mi familia, ahora totalmente destruidas.
La habitación del abuelo es un autentico cuadro de guerra, los muebles están volcados o carcomidos, con una gran capa de polvo y mugre, los cristales rotos y las rosas que decoraban los jarrones esparcidas por el suelo. Los vigilantes se han ensañado a fondo, sin dejar libre de su ira nada.
Nada, salvo una cajita de música.
Me fijo en ella cuando tropiezo con una silla y caigo al lado de la cama. Tiene una fina capa de polvo, pero en comparación con las demás cosas está en muy buen estado. Le quito el polvo con un soplo y veo que es muy pequeña, lo suficiente como para entrar en mi puño. Es de color blanco marfil, decorada con diminutas perlas y hermosos dibujos. Es raro que esa cajita estuviera ahí, por causa del abuelo, a quien no le había visto oír música por voluntad en la vida.
Y antes de poder evitarlo, la cojo y la hago girar en mi mano.

9 comentarios :

  1. Me encanta :)
    Te deseo buenas vacaciones, preciosa.
    Besos y adios

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    1. Mil muxus Beid!
      Ire escribiendo en borrador.
      Hasta pronto!

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    2. eres vasca? x k muxus es vasco. Yo tambien soy euskaldun.

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    3. Bai, euskalduna nahiz. Gora Euskadi!
      Jajaja Muxus!

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  2. Es geniaaal!!!!! Que le pasará ahora? Volverá a ver a Nata? Quién morirá? Christian y Shopie se darán al fin un beso de verdad?? MADRE MIA CON QUE INTRIGA ME DEJAS!!!!!!!
    Bueno tu pásatelo muy bien y disfuta que te lo mereces! Te voy a echar muuuucho de menos y a los 76 jugos de hambreee!!
    Besos Ninaaa!

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    1. Tengo preparada una gorda y fijo que me odiais cuando la haga, jejeje... (no es lo que estais pensando)
      Yo tambien os voy a echar de menos, con la de las alegrias que me dais y las sonrisas que me sacais!
      Muchosssss muxuuus Cereza!

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  3. Muy buen capitulo! Echare de menos a Nata, a Sophie, a Christian... espero que se vuelvan a ver! Que pasara con la caja! Vaya intriga!

    Pasatelo bien y que tengas unas buenas vacaciones! Disfruta, te echaremos de menos!!! =)

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  4. 3 semanas esperandooooo :(
    Cada vez me gustan mas tus capitulos, estaré esperando al dia que vuelvas!!
    Pasatelo genial en tus vacaciones! :D

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  5. Lo he dicho una... y otra... y otra vez pero... Jo, se te va a echar de menos!!! Este fin de semana no he tenido internet y no me he podido despedir antes, asi que este mensaje (y todos los que te he dejado) los leerás cuando vuelvas.
    Espero que te lo pases muy muy bien y vuelvas con muchas ganas de escribir :D

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