Tributos

martes, 24 de julio de 2012

Capítulo 33: Negocios turbulentos

Hola, siento haber tardado, pero es que he estado de niñera y no he podido escribir. Intentaré subir otro más hoy o mañana prontito.
Muxus.

Christian no encontró refugio alguno en la Primavera y tuvimos que desmontar nuestro campamento y andar para buscar una salida que nos llevara hasta la Cornucopia. Cuando le explicamos mi teoría me confesó que él había pensado algo parecido cuando llego aquí, y nos contó lo que había visto en su caminata por la Primavera.
-He rellenado las botellas en un lago que ahí unos metros más allá, detrás de la pradera de flores-señalo el lado opuesto al que nos dirigíamos y continuo-Son venenosas.
-¿Y adonde vamos ahora?-pregunté.
-Hacía el bosque de allá. La niebla indica cuando comienza la próxima estación y la niebla esta por allí.
-Esta bien.-respondí y continuamos la marcha.

Andamos a lo largo de una hora hasta que llegamos al bosque y nos detuvimos a comer. Nos quedaba muy poca comida y tuvimos que comernos una manzana entre los tres, y llenar el estomago con agua. El bosque era una extraña mezcla entre fauna salvaje y naturaleza, todo aquel paisaje estaba mutado y totalmente salido del sentido común de cualquier persona normal. Había enormes palmeras junto con árboles como el haya, y cerca de ellos un rosal. Pero esa no eran las únicas flores del lugar, a lo lejos vimos una pequeña pradera llena de preciosas flores, y cuando quisimos ir hacía ellas Christian nos detuvo ya que las había reconocido como venenosas, de su breve trato en el puesto de plantas comestibles. Finalmente acampamos bajo un árbol lila, que nos cubría del sol y nos daba cobijo. Como todavía era pronto, dejamos a Christian vigilando el campamento y nos fuimos a llenar las botellas y a conseguir comida.
Teníamos que estar de vuelta antes del anochecer.
-¿Por donde empezamos?-me pregunto Nata cuando perdimos de vista a Christian.
-Será mejor no volver atrás y explorar esta zona. Tal vez haya un estanque o algo ¿Has traído el yodo?-pregunté.
-Si-me respondió sacando la botella de la mochila.
Sonreí.
Media hora después llegamos a lo que solo podría describirse como una fuente de agua turmalina, de piedra blanca como el mármol, de tres pisos de diferente tamaño caía agua a borbotones y nos lanzamos hacía ella para llenar las botellas. Las purificamos y continuamos nuestro camino por un sendero de árboles amarillentos con las ramas partidas en su gran mayoría.
-Sophie, para-me susurro Nata empujándome tras un árbol.
-¿Que pasa?-pregunté asustada por el tono nervioso de su voz.
-He oído algo.
Permanecimos calladas un minuto, oyendo el aire golpeando las hojas de los árboles, el agua de la fuente y finalmente, el movimiento de las hojas en un arbusto próximo a nosotras. De el salió un hermoso conejo blanco que sería nuestra próxima comida.
Pero en el momento en que puse un pie lejos del alcance de Nata, me atacaron. Note una punzada en el brazo izquierdo y supe que me habían dado, probablemente con un cuchillo, intente coger mi espada pero quien fuera que me atacase me tenía bien agarrada.
Abrí los ojos y unos cabellos verdosos nublaron mi vista. Le metí una patada a Drewinthesky y ella me correspondió con otra cuchillada, esta vez en el abdomen. Nata se tiro sobre ella y yo conseguí sacar mi espada, pero cuando iba a atacar vi un problema más en la ecuación. Nata y Drewinthesky rodaban por el suelo, ambas acuchillándose con los cuchillos, y teniendo en cuenta la fuerza de ambas estaba claro quien ganaría.
Por encima de mi cadáver, por supuesto.
Tire de los mechones verdes hacía atrás, arrancándolos lejos del cuerpo de Nata, las dos nos pusimos de pie y nos miramos fijamente. En ese momento me atacó, pero ya estaba preparada y salté hacía un lado, corrí hacía la fuente y me aseguré de que me seguía.
Caímos dentro de ella y luchamos empapadas de agua, mi espada estaba oculta en el fondo de la fuente, porque al entrar tropecé y se me cayo. Conseguí por lo menos arrebatarle el cuchillo a Drewinthesky , y entonces quedo claro la única manera de la cual podía matarla.
Golpeé mi cabeza contra la suya, dejándola algo grogui. Parpadeé varias veces porque el golpe me había nublado la vista y luego agarré el cuerpo de la chica y lo hundí hasta que dejo de patalear. Salí de allí, totalmente empapada y con nuevas heridas, Nata me esperaba escondida tras unos arbustos, con la mirada fija en la fuente. El aerodeslizador llegó cuando me recompuse lo suficiente como para recoger las provisiones y marchar al campamento de nuevo, por hoy, la caza había sido suficiente.
Llegamos junto a Christian cuando cayo el sol de la tarde, y al vernos tan magulladas se acercó corriendo, nos curó y nos dio de comer lo poco que nos quedaba.
A la noche salio un único rostro en el cielo: Drewinthesky, Área 2.
Quedamos seis.
Cerré los ojos, aquello no se podía negociar.

Hace once años, en otros Juegos del Hambre...

-Van a ayudar al tributo del Distrito 2-masculló Finnick.
Mags observó a las patrocinadoras que hablaban con los mentores del Distrito 2. Cuatro mujeres de cara estirada y cabellos multicolores.
Era la batalla final, con los dos únicos supervivientes de la Arena: el tributo del Distrito 2 y Annie Cresta, la tributo del Distrito 4. Aunque más que una batalla entre ellos, era una lucha por sobrevivir a las caudalosas aguas que habían inundado la Arena tras romperse la presa.
El tributo del 2 pataleaba en el agua y se mantenía a flote como podía, sin embargo Annie, flotaba perfectamente sobre el agua y cuando lo necesitaba, nadaba. Pese a esa ventaja, las apuestas no estaban a su favor, ya que la consideraban débil e insignificante, y después de la muerte de Cedric, la llamaban loca, lo que no mejoraba su aspecto.
-Sobrevivirá, es buena nadadora-le respondió la mujer.
-No, Mags, ni siquiera yo puedo permanecer eternamente a flote ¿Y si al otro tributo le mandan un flotador o lo que sea?-contestó Finnick angustiado.
Sentada en el frío parqué, una niña de cabellos plateados observaba atentamente y sin perder palabra la conversación de ambos adultos. Dejo sus pinturas, se levanto y fue hasta las patrocinadoras.
-Hola-las saludó ella con voz dulce e infantil.
Tres de las mujeres se giraron y la miraron tiernamente.
-Hola, pequeña ¿Que haces aquí?
-Nada, me preguntaba si habían venido a patrocinar al tributo del 2.
-Si, pequeña ¿Porque? ¿Te interesa?-preguntó risueña una mujer de rizos turquesas.
-En absoluto. Mi madre prefiere aprovechar el dinero, dándoselo al Dr.Sertok, por ejemplo, en vez de apostar por tributos que sabe no sobrevivirán.-dijo la niña de carrerilla.
Las tres la miraron perpleja y esta vez fue una señora de cabellos lilas quien habló:
-¿Conoces al Dr.Sertok?
-Oh, si. Él fue quien me transformó-dijo señalando sus cabellos.
La mujer de cabellos turquesa le dio un manotazo a la otra.
-¿Como se te ocurre preguntarle eso?-negó con la cabeza y se dirigió hacía Sophie-¿Porque dices eso?
-Es obvio que el tributo 2 no vale nada, sin embargo la del 4 sabe nadar, es fuerte y además-les hizo un gesto con la mano para que se acercaran y les susurro-tiene novio.
-¡Oh, pobre criatura!-gimió la mujer de cabellos lilas, se giró y dijo-Enobaria, lo siento pero ya no me interesa patrocinas a tu tributo.
-Pero, señora Flickerman, espere...-comenzó ella.
-A mi tampoco-dijo la mujer de tirabuzones turquesas-Bueno, otra vez será.
-¡Señora Timeless! ¡Espere, por favor!
La tercera mujer también se fue, dejando en negociaciones a la cuarta mujer, de cabellos blancos y ojos esmeraldas.
-¿Que ha ocurrido?-preguntó.
-Nada, señora Templesmith, se han echado atrás eso es todo ¿pero usted no lo hará, verdad?-se apresuró a preguntar Enobaria.
-Pues no, mi hija Shoppo, quería patrocinar a este tributo y...
-Perdone ¿esa es su hija?-preguntó Sophie señalando a una niña que jugueteaba con un peluche.
-Si, esa es. ¿Pero que...?
No le dio tiempo a terminar porque Sophie corrió al lado de la niña.
-Hola, Shoppo.
La pequeña alzo la vista y preguntó:
-¿Yo a ti te conozco, verdad?
-Si, nos encontramos durante las entrevistas, soy Sophie Snow.
-¡Ah, la de la chica del 4!-dijo Shoppo riendo-¿Que quieres?
-¿Sigues apostando por el chico del 2?-pregunto Sophie.
-Claro, mi mami esta negociando ahora con la mujer de los dientes afilados.
-Y porque no, en vez de apostar por él, ¿te pones una esmeralda más en el rostro?
La niña arrugo la frente y dijo:
-¿Ahora también hay esmeraldas? Antes solo consiguieron ponerme rubíes, ópalos y turquesas.
-Claro, ahora hay mucha variedad, creo que había hasta diamantes.
El rostro de la pequeña se iluminó.
-¿Diamantes? ¡Oh, mami! ¡Quiero ponerme diamantes!-grito ella saltando del asiento.
-Cariño eso es caro-respondió la mujer.
-¡Pues no le patrocines! ¡Yo quiero diamantes!
-Bueno, lo siento Enobaria-se disculpo la mujer-Es lo que hay.
Cuando desaparecieron de la vista de todos, Enobaria se lanzó en pos a Sophie, la cogió del cuello de la camisa y la levanto.
-¡Tú! ¡Maldita criaja! ¡Te mata...!
-Suéltala.-gruño una voz tras ella.
Finnick la llevo lejos de allí y la beso y abrazó mientras le contó lo que había echo. Se sentaron a observar la pantalla del televisor sin decir palabra.
Unos minutos después sonó un cañonazo y las trompetas anunciaron la victoria de Annie Cresta.

5 comentarios :

  1. OH! Maravillosa la estrategia de Sphie para hacer que apostaran por Annie! Me encanta, tienes una imaginacion estupendo, asi que cuidado que no te la robe ;)
    Besoooos

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  2. la forma con la que hilas las dos historias es encillamente perfecta!! me encanta Ninaaa!!! :D

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  3. JaJaJa
    Me encanta la forma en la que Sophie consigue que no patrocinen al chico del 2!
    Espero que tengas pronto el siguientee!
    Besoss

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  4. Te aplaudo, beso, abrazo o todo a la vez?? Magnifico, ya no digo nada mas.

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  5. Pero que lista la Sophie!! Me ha encantado esa parte! Yo era igual de espabilada que ella... jajaja
    El capítulo como siempre GENIAL No tardes con el siguientee
    Un beasaazoo!

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