Tributos

domingo, 31 de marzo de 2013

Capitulo 40: Las marcas de un Sinsajo

Bueno, ya estoy de vuelta, y en esta entrada quiero presentaros el blog de Queen.A, la ganadora de mi segundo concurso. Como este capitulo de Hope me esta costando escribirlo y puede que tarde, he decidido dedicarle la entrada aquí.
http://ladecimasecta.blogspot.com.es/
La décima secta es la historia de Scarlet, una chica en apariencia normal (aunque la jodida se mete a saco con profesores, con eso de que es delegada xD). Pero al comenzar el nuevo curso aparece un nuevo alumno en su escuela. Lejos de pasar desapercibido, el muchacho se acerca a Scarlet y es entonces cuando ella descubre que existe una décima secta, cuando hasta entonces ella pensaba que solo existían nueve. Y a partir de entonces es cuando la cosa interesante.
Por cierto, se me ha olvidado mencionar que Scarlet es la diosa de una secta, bueno eso lo explica mejor Queen.A, pero es interesante. ¡Y salgo yo! Bueno, no exactamente, hay un personaje con mi nombre ¡Y soy mala! Jaja...
Aquí os dejo el primer capitulo de esta maravillosa historia. ¡Un muxu a todos!
http://ladecimasecta.blogspot.com.es/2012/03/capitulo-1.html
P.D: Por cierto, Shoppo, en un capitulo me comentaste que tenia deslices con los verbos, ya que mezclaba presente y pasado. Eso es un fallo que cometo porque empiezo a escribir el capitulo, me paro y lo retomo días después y claro, se me va la cabeza. Pero reescribiré los capítulos para que estén en presento todos.
Y ahora si, disfrutad ¡Y comentar!

La verdad es que morir es como dormir, puede que incluso sea más sencillo. Incluso podía soñar, lo cual era muy extraño... Solo oía un llanto.

¿Que se siente al perder?
¿Quien...? Otra voz mas aguda apareció.
¡Sophie! ¡No! ¡NO, NO, NO!
Entonces todo quedo a oscuras.

Se oyó un portazo y mis ojos se abrieron de golpe.
Confusa dirigí la mirada por la habitación, que estaba iluminada por una única lampara. Había una ventana a mi derecha, no más grande que mi cabeza, pero bastante alargada. Trate de girar la cabeza pero la notaba muy rígida; debía de llevar mucho tiempo en esa postura.
Jadeé y unas lagrimas recorrieron mi rostro, pero no las note sobre mi piel. Papel, no, no era papel, sino vendas. Estaba cubierta de vendas, mis brazos, el cuello, el rostro... Conseguí liberar uno de mis brazos, que también estaba lleno de cables. Me lleve la mano al rostro y entonces la detuve en el aire.
Con la otra mano retire las vendas de mi mano derecha y observe asustada el nuevo aspecto de mi piel. Era negra por el dorso y blanca por la palma, aunque la del dorso tenía pequeños detalles plateados de... ¿Que? ¿Que era eso?
Entonces oí unos pasos acercándose. Deje caer mis brazos y cerré los ojos, oí como se abría la puerta, seguida de un extraño sonido metálico. Alguien me cogió la mano con delicadeza y volvió a colocar las vendas en su lugar. Abrí un poco los ojos y pude ver a una mujer rubia vestida de blanco, con el rostro cansado y triste. A su lado vi un carro atestado de utensilios médicos.
¿Donde estaba?
Retiro algunos cables de mi brazo y las vendas de mi cuello y torso, aplicó una especie de crema, con un fuerte olor a hierbabuena y se quedo unos minutos en silencio, observándome.
-Pobre niña...-dijo antes de irse.
En cuanto hubo cerrado la puerta, abrí los ojos y retiré el resto de los cables. Entonces comencé con la difícil tarea de salir de aquel catre sobre mis pies. Con ayuda de mis brazos logre sacar las piernas de la cama y entonces trate de incorporarme, pero el mareo hizo que me tambaleara y caí de bruces al suelo. Apreté los dientes, tratando de hacer caso omiso al dolor y luche por ponerme de rodillas. El fino camisón con el que me habían vestido apenas me protegía del frió y temblé incontroladamente  más de una vez antes de conseguir ponerme en pie. Me apoye en la pared y lentamente fui hacía la puerta, la abrí un poco y mire fuera. Había un alargado y estrecho pasillo, donde solo se veían puertas y más puertas. La salida debía estar detrás de alguna de ellas.
Cerré la puerta de mi habitación y me moví lentamente por el pasillo, abrí la puerta más cercana y mire dentro, intrigada. Esa sala era igual a la mía  pero no había ventana en ella, y había una persona tumbada en la cama. Movida por la curiosidad me acerque y observe a la chica que dormía en ella. Su piel era totalmente blanca, y tenía el cabello de color canela, liso y largo. Su rostro era lo que más llamaba la atención, ya que estaba cubierto de pequeños bultos, como si le hubieran arrancado algo. Involuntariamente toque su rostro magullado, desconcertada por el horror de su aspecto, y entonces la reconocí.
Como no hacerlo, si yo era la culpable, la culpable de añadir más adornos a ese rostro. Adornos que ahora acababan con cualquier belleza que pudo haber algún día en su rostro.
Era Shoppo Templesmith.
Retrocedí hasta la puerta y salí tambaleándome al pasillo. Aquello no era posible... ¿Habían arrancado las gemas de su cara? ¿Para que? ¿Para venderlas? ¿Habían destrozado su rostro con el único propósito de obtener algún beneficio? Entonces algo peor vino a mi mente... ¿Que habrían hecho con los demás?  ¿Que habrían hecho con Christian? Si yo estaba viva, el resto debería de estarlo. Aunque aún no le viera el sentido a aquello, se que debía ser así.
¡Pero es que no tenia sentido! ¿Porque estaba viva? ¿¡Porque!? ¡ Había perdido! ¡Había muerto!
Tal vez fuera eso. Tal vez estaba muerta y todo aquello no era mas que... ¿ fantasía, sueño, alucinación? No, esas cosas eran para los vivos.
Así que debía estarlo. Viva, esto le daba un nuevo significado a la palabra.
Intente acordarme de mis últimos minutos en la Arena, pero todo lo que recordaba era borroso y confuso, unos recuerdos poco fiables. Recordaba la lluvia, el suelo embarrado y la cascada. Había soltado mi espada y notaba un punzante dolor en el estomago... me moría. Luego todo se volvió oscuro.
El sonido de un portazo me despertó de mi ensoñamiento. Oía pisadas venir hacía aquí, y corrí a esconderme en otra habitación. Me apoye en la puerta tratando de escuchar los pasos, que cada vez se oían más cerca. Suspire aliviada cuando los oí alejarse, y me pregunte cuanto tiempo tardarían en darse cuenta de que había desaparecido, pero... ¿quienes eran ellos?
Me giré y entonces vi por primera vez la habitación en la que me encontraba. Era igual a la anterior, solo que esta tenía una ventana como la mía y había dos camas, ambas ocupadas. Volví a comprobar si se oía algo en el pasillo, pero todo permanecía en un absoluto silencio.
Primero fui a la que estaba a mi izquierda, la más cercana a la ventana, en la cual había un enorme muchacho con la cara oculta tras sus manos. Me acerque a él pero poco dejaba ver aquella tenue luz, aunque pude distinguir el color de su cabello, un oscuro negro azulado, su rostro seguía oculto tras sus brazos. Al avanzar note un tremendo dolor en mi pie desnudo, retrocedí rápidamente y pude ver los trozos de un resquebrajado espejo.
Intentaba averiguar si se parecía a alguno de los tributos que me habían acompañado a la Arena, pero desistí en el intento. Me acerqué a la otra cama, en la que dormía una chica joven, de aspecto delicado. Su cabello oscuro, como el del muchacho y su pálida piel tenia un extraño color verde, como si estuviera enferma. Por los brazos le recorrían unos intrincados tatuajes dorados que formaban un extraño dibujo en su piel. Me acerque un poco más, y observe la inocencia de su rostro. No era especialmente atractiva, pero tenia algo que llamo mi atención.
No se como ocurrió, ni que fue lo que la despertó, pero justo en el instante en el que me acerque para observarla, sus ojos se abrieron, mostrando unos iris de un pálido azul. Me observo durante un instante y entonces chillo, y su voz me transporto lejos de allí, de nuevo a la Arena. Tumbada en las dañinas hojas, con la espada en su cuello y la sangre de su compañero corriendo por mis manos; un frío infernal y el recuerdo de unas rosas azules.
Era Leila, y al mirar de nuevo al chico, comprendí que él debía ser Asher.
Él también se despertó al oír el grito de su compañera, y dirigió una mirada confusa a su alrededor. Cuando me encontró su expresión se torno de miedo y desconcierto, cosa que me desconcertó a mi también
¿No me reconocía? ¿No sabía quien era yo? ¿O tal vez se estaba acordando del momento en que lo mate? No tenia sentido, y no me iba a parar a buscárselo, ya que el grito de Leila habría alertado a nuestros guardianes. Me abalance sobre la puerta y corrí por el pasillo tan deprisa como me lo permitieron mis atrofiados músculos. Oía voces detrás de mi, gente que corría intentando alcanzarme, pero aún débil y herida, seguía siendo rápida.
Comenzó a faltarme el aire, y tuve que parar para recuperar el aliento, ademas las heridas que los cristales habían echo en mi pie lo hacían sangrar. Pero no pude detenerme mucho más, ya que las pisadas se acercaban cada vez más. Gire por un corredor y me cole en la primera habitación que se me presento. Jadeé y apoye mi cabeza en la puerta, intentando oír a mis captores, pero mis jadeos me impedían oírlos.
En ese momento una mano se poso en mi hombro y me dio la vuelta bruscamente. Me encontré frente a un muchacho con medio cuerpo vendado. Apenas si conseguí distinguir el color de sus ojos, de un verde claro, ya que las vendas le cubrían toda la cabeza, dejando libres unos mechones rubios.
-Por favor, no digas nada, por favor...-suplique y me sorprendió descubrir que mi voz era la misma de siempre.
El chico me observo durante unos segundos y entonces sus ojos me miraron sorprendidos y a la vez asustados. Fue entonces cuando ambos oímos acercarse a alguien por el pasillo, y él tiró de mi llevándome a la cama. Me colocó con facilidad en la cama, y yo estaba tan sorprendida que no pude decir nada para impedirlo. Él corrió a tumbarse a mi lado, y pude ver que lo hacía con dificultad. Se coloco unos cables en el brazo y se tumbo a mi lado, o mas bien encima mio, ya que casi me aplastaba y yo estaba tan pegada a su pecho que lo único que podía sentir era el roce de su camiseta y el contorno de sus músculos. Entonces me cubrió con la manta y me abrazo. Lo mire alarmada, pero él simplemente se llevo un dedo a los labios, para que me callara y cerro los ojos.
No tardaron mucho. La puerta de la habitación se abrió y note un escalofrió recorrer mi cuerpo, estaba temiendo que se acercaran demasiado y me vieran. Y entonces entendí porque el muchacho me aplastaba, lo único que trataba de hacer era cubrir mi figura. No quise moverme, y tampoco creo que hubiese podido debido a la congoja. Todo aquello duro en poco menos de un minuto, pero a mi se me hizo eterno, y suspire aliviada cuando se fueron.
Me aparte bruscamente del muchacho, dejando un pequeño espacio entre nosotros. Lo mire desconcertada ¿por que me había ayudado? ¿Quien era él? Todas mis teorías se vinieron abajo cuando susurro maravillado:
-Sophie.
Un estremecimiento sacudió mi cuerpo y lo mire aun sin poder creérmelo. Hubiera reconocido aquella voz en cualquier lugar, momento o situación, incluida aquella. Sus manos se movieron torpemente hacía mi rostro, y yo deje que me acariciara, que recogiera las lagrimas que ahora caían sin control por mi rostro.
Porque estaba vivo, Christian estaba vivo.
Entonces lo mire mejor. Él me observaba horrorizado.
-¿Que te han hecho?-murmuro espantado.
No sabia a lo que se refería, pero mis oscuras manos palparon mi rostro sin notar nada extraño, salvo una leve hinchazón en torno a los ojos. No habían incrustado gemas en mi rostro, ni teñido mi piel de verde, entonces... ¿que me habían hecho?
Salte de la cama antes de que él pudiera impedírmelo y me acerque a la mesilla en la que descansaba una bandeja con una jarra de agua. Eche algo de agua en la bandeja y volví a colocar la jarra en la mesita, me lleve la bandeja conmigo y la acerque a la luz que se filtraba por la ventana, ahora mas potente.
Se me escapó de las manos.
¿Que me habían echo? Mi piel seguía blanca y con aquel tono perlado, pero ahora estaba decorada con un extraño dibujo de... escamas o plumas, o algo similar. El dibujo empezaba en mis hombros y se detenía en mi cuello. Y mi rostro, mi rostro...
Oh, ¿que me habían hecho?
Mi cabello era lo único que seguía como antes, aunque algo más claro, si es que eso era posible. Habían cincelado mi nariz, volviéndola mas fina; mis labios ahora eran mas delgados y totalmente blancos, y mis ojos... Oh, mis ojos. Habían tatuado un intricado dibujo negro, dándole la forma de unas alas que cubría mis parpados completamente y habían cambiado el color de mis ojos a un tono ambarino, casi dorado.
Me habían convertido en un sinsajo.

9 comentarios :

  1. Te salvaste Nina! Porque si Sophie y Christian hubieran muerto creeme que te habria ido peor que a ellos, como simpre el capitulo esta maravilloso, espero elsiguiente con ansias

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    1. Jajaja menos mal; no qisiera morir ! Lo subire pronto ya me an vuelto las ganas y la inspiracion!
      Y echaba de menos estos comentarios tan adictivos!
      Muxus!

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  2. Dios Nina!
    El capítulo es increible, pero no lo entiendo, no se supone que están todos muertos?
    Ademas, a que vienen todas esas transformaciones?
    Uff espero que tengas el siguiente capítulo pronto!
    Un beso enorme!

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  3. En primer lugar, ¡bienvenida de nuevo!
    No sé por qué extraña razón se me pasó leer por completo el capítulo anterior, pero aquí estoy otra vez :D.
    Pero pero pero... ¿Cómo? ¿Qué les han hecho, por qué están vivos y cambiados? AAAAAAAAH!!
    No tardes mucho con el siguiente, ¡un besazo!

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  4. Tranquilas, se explicara pronto, pero tengo que preparar bien los siguientes capitulos para explicarlo bien, por que es muy importante.
    Muchas gracias por pasaros y comentar, un muxu!

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  5. WOW. ¡Vaya capítulo!
    No me esperaba para nada lo de las transformaciones, en serio. Pobre Sophie :'(
    ¡Christian está vivo! Pero qué habrá pasado con Nata...
    Espero el siguiente pronto e.é ¡Un beso!

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    1. Me alegra que te haya gustado! Ya estoy escribiendo el siguiente, pero como tambien quiero renovar en Hope voy a estar un poco atareada!
      Un muxu!

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  6. Me alegro de que hayas vuelto! El capitulo esta increible, tengo muchas ganas de leer el proximo capitulo de Hope! Como Maria Everdeen yo tampoco me espera las transformaciones! Te he nominado en mi blog a los premios liebster:
    http://lagrimasdeperla.blogspot.com.es/2013/04/premio-liebster.html
    Pasate cuando quieras y si puedes mira la historia y dime que te parece :) Otra vez, me alegro de que hayas vuelto!
    Muchos besos

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  7. Woow es increíblee, espero el proximo con ganas. No me esperaba para nada lo de las trnsformaciones, aunque tenia la esperanza de que pudieran salir los tres con vida (Nata, Christian y Sophie). Pasaté por mi blog, te he nominado en un tag :D

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