Tributos

sábado, 29 de junio de 2013

Capitulo 43: La Huida

Lo siento con toda mi alna, se que jure y perjure que no tardaría tanto, pero he estado pintando (las fotos estan en Twitter) y claro, se me ha ido el santo al cielo. Bueno aquí os dejo el capitulo. Muxus
P.D: En el próximo aparecerá Nata.

-Cariño, abre los ojos, por favor.
-Dejela descansar, la operación ha sido larga, aún no podrá despertarse. Debe de estar agotada y dolorida.
¿Donde estoy? 
Gemí, me dolía el cuerpo, mucho.
-¡Se esta despertando!
¿Mamá?
-Apartese, necesita espacio.
-Mamá, mami... ¿Donde estoy?
-En el hospital, cariño, tranquila, todo a terminado.
-¿Que?-¿Que había terminado?
Abrí los ojos y mire a mi alrededor. Mamá me miraba con alegría y una lagrima caía por su mejilla ¿que había pasado? Levante mi mano y toque mi cara, cubierta de vendas.
-¿Mamá? ¿Que me pasa?-pregunte con un sollozo. Me dolía.
-¿Podemos verlo?-pregunto ella.
Sin decir nada, un hombre vestido de blanco se acerco y comenzó a retirar las vendas de mi rostro. Cada vez que tiraba de una hacía una mueca de dolor y algunas lagrimas se escaparon sin quererlo.
Por fin, retiró la última venda y mamá sonrió.
-¡Esta preciosa!
Alguien le tendió un pequeño espejo, lo cogí temblorosa y me observe.
Chilló.
Era un monstruo.

-Sophie, Sophie, despierta ¡Sophie!
Abrí los ojos alarmada ¿que ocurría? ¿donde estaba mi madre? ¿Y mi rostro?
Una mano se poso suavemente en mi mejilla y me acarició con dulzura. Mire asustada a Christian que estaba sentado a mi lado, mirándome intrigado. Enterré la cabeza en su pecho y comencé a sollozar, él me abrazo.
-Solo era una pesadilla, no era real...
Trate de controlar mis sollozos, y poco a poco detuve mi incesante llanto.
-¿Donde estamos?-pregunte desorientada.
Él me miro sorprendido.
-Fuera-rió-los despistamos ¿no te acuerdas?
Oculte mi rostro en su pecho de nuevo y comence a pensar. Ahora, al comenzar a serenarme, la realidad me golpeó con fuerza. Habíamos encontrado la salida, habíamos luchado, nos habían gritado, había sangre... ¿Donde estamos?
-Tranquila, ya estas bien, la saqué con unas pinzas.
¿Que? Entonces note un dolor agudo en mi estómago y mi mano voló involuntariamente hasta allí. Levante mi camisa y descubrí un pedazo de tela, a modo de venda, cubierto de sangre.
-¿Que...?
-Te dispararon cuando intentábamos huir, pero tranquila ya estas bien. Robe uno de sus coches y trate de despistarlos, pero cuando estuvimos cerca de la ciudad me metí en un callejon y sali corriendo. Te lleve a una casa abandonada y con lo que encontré te saqué la bala y bueno...
Deslicé mi mano por el borde manchado de sangre y aguante un grito ¡Dolía, maldita sea, si dolía!
-Deben de estar buscándonos, tenemos que irnos-me advirtió.
Deslizo mi brazo sobre sus hombros y con una mano me agarro la cintura y con la otra mi brazo. Me coloco de pie y no pude reprimir un grito de dolor.
-Lo siento, lo siento mucho.
Negué y cerre los ojos con fuerza, tratando de ocultar el dolor.
-¿Cuanto tiempo llevo inconsciente?
-No lo se, ¿veinte minutos, treinta, una hora? Quien sabe-murmuró, mas para si que para mi.
Lentamente me llevó hasta la puerta y la abrió. Miró fuera y entonces salimos a rastras. ¿Eso era el Capitolio? No había visto mi hogar desde... ¿cuanto? ¿Semanas, meses, años? Quien sabe... Pero estaba destrozado, aquello eran las afueras y sin duda había sido el lugar peor parado. Todo estaba destrozado y sucísimo. Un par de niños se agolpaban en las calles pidiendo una moneda, pero nadie tenia. Una mujer trataba de calmar a su hijo que no cesaba de llorar y un hombre, muerto al parecer, yacía boca abajo en la acera.
Contuve una arcada.
-Tengo que encontrar un coche-masculló.
-Aquí no encontrarás nada, esto esta muerto-le dije entre dientes.
Él acelero el paso, nadie nos miro, eramos otros miserables como ellos. Llevabamos medio tramo recorrido cuando las luces de un coche aparecieron. Christian me echo sobre su hombre y un grito ahogado salio de lo más profundo de mi garganta. Echo a correr y se oculto entre unos mendigos.
Las luces pasaron de largo.
-Tenemos que llegar al centro ¿Por donde se llega al centro del Capitolio?-preguntó Christian.
Los mendigos murmuraron algo y señalaron al frente. Christian les dió las gracias y me acuno suavemente contra su pecho.
-Puedo andar-me queje, aun dolorida.
-Llegaremos antes así, intenta dormir-me dijo.
Hice lo que pude, cerre mis ojos, oculte el dolor y me deje llevar.

4 comentarios :

  1. Me encanta Nina!
    El capitulo es tan genial como siempre
    Espero que puedas tener el siguiente pronto
    Un beso

    ResponderEliminar
  2. Coincido con Beid, aunque se me ha quedado un poco corto... ¡Queremos más!
    Espero que puedas subir el siguiente dentro de poco, para ver cómo resuelven lo de ir al centro :). ¡Un beso!

    ResponderEliminar
  3. jo tia eres increible escribiendo ya espero el siguiente me encantas!!!!cuando dirias tu que sera el siguiente??

    ResponderEliminar
  4. GUAUU!!!!!! ACABO DE ENCONTRAR LA PAGINA Y ME LA E LEIDO D UN TIRON, SIGUE ASI GUAPA

    ResponderEliminar