Tributos

sábado, 13 de septiembre de 2014

Capítulo 56: Las lágrimas

Llevaba siglos sin renovar, pero como bien explique en mi entrada anterior ¡He estado ocupadilla!
En fin, principalmente he renovado por todos los comentarios que me han animado a seguir un capitulo mas. En el próximo capitulo sera desde el punto de vista de Christian y probablemente del de Nata y empezara a haber mas acción. Y estoy preparando algo (ya que el blog va a terminarse) para daros las gracias.
Espero que os guste y ya sabéis que jamas abandonare la historia sin un FINAL, muxus!

Hubiera matado por que aquel hubiera sido un día como otro cualquiera. Pero la suerte nunca ha estado de mi lado, aunque dudo que alguna vez este del lado de los buenos, aunque ¿quien soy yo para decidir eso? ¿Acaso soy buena o siquiera... inocente? Para nada, mis manos están manchadas de sangre y siempre lo estarán, no importa todo el bien que intente hacer, siempre habrá algo peor que haya hecho que me persiga para recordarme que jamas podre ser inocente.
Inocente ¿quien lo es?

Incluso en mi mundo oscuro aun podía sonreír por un instante. Al despertar siempre me encontraría cara a cara con mi amor y su sonrisa sarcástica, sus manos enredadas en mi cabello y su boca tentadora. Y por un instante, aunque solo fuera un instante... conseguía olvidarme de la pesadilla en la que vivía. Los entrenamientos se habían intensificado y mis músculos estaban destrozados y malheridos todas las noches, lo que no me dejaba disfrutar de mi Christian al anochecer. Tan solo quedábamos 11 tributos: Darrent, Drewinthesky Meroen, Sefinze Peyton, Beid, Shoppo, Leila, Asher, Criskti Timeless, Christian y yo. Aunque las diferentes condiciones físicas de unos y otros eran considerables, y en concreto, la de Leila y la de mi Christian.
Leila comenzó a entrenar hace poco menos de una semana después de despertarte y su aspecto no era nada prometedor, ya que estaba pálida y cubierta de vendajes. No había mejorado para nada, y nunca era capaz de terminar los entrenamientos ya que una espantosa tos la atacaba continuamente. Incluso Asher parecía mas debilitado a medida que ella empeoraba. No entendía como la dejaban entrenar o siquiera ponerse en pie.
Y mi Christian, mi pobre Christian. Después de que mi padre se fuera comenzó a tener dolores en el pecho y a cansarse cada vez mas y mas. Estaba aterrorizada y no deje de insistir hasta que uno de los médicos que solía hacernos los chequeos semanales accedió a hacerle una prueba con mas detenimiento. Christian se rió suavemente y sin fuerzas cuando le mencione mi preocupación por que tuviera un ataque al corazón.
-La única forma de que me diera un ataque al corazón seria si tu no estuvieras conmigo-fue lo que me dijo.
-No seas ridículo-respondí tratando de sonreír-Ni tampoco cursi, sabes que aborrezco ese tipo de cosas.
Mi carcajada fue tan falsa que sus claros ojos verdosos me miraron preocupados por primera vez en semanas. Pero antes de que pudiera decirme nada el medico lo llamo y lo ayude a entrar en la consulta, aunque no me permitieron quedarme.
Aquella noche dormí sola.
La mañana siguiente no le vi, ni en el entrenamiento, ni en las comidas, ni en los descansos.
Esa noche no dormí. Pero tampoco hubiera servido de mucho, ya que alrededor de la medianoche entraron a despertarme dos guardias. Me resistí pero finalmente tuve que acceder a acompañarles después de vestirme y colocarme mi guardapelo; el cual Christian había guardado todo este tiempo después de que se me cayera la noche en la que bailamos juntos. Me llevaron por varios pasillos en los que nunca había estado y durante el camino se nos unieron varios guardias mas que acompañaban a Shoppo, Drewinthesky y Darrent. No mire a este ultimo, habíamos aprendido a odiarnos en silencio, con miradas desafiantes y gestos mordaces.
Por fin, llegamos al ultimo piso y entramos en una pequeña habitación en la que se encontraban el resto de los tributos y entre ellos Christian, que no dejaba de masajearse los brazos. Los guardias me colocaron en uno de los extremos de la fila al lado de Shoppo y yo intente fijarme en Christian, pero no podía verle desde mi posición.
Tras unos minutos en silencio., Plutchard entro en la sala acompañado de Cire y varios guardias de aspecto mas robusto y amenazador que los que nos custodiaban. Plutchard miro al grupo de tributos como si quisiera asegurarse de que no faltaba ninguno y entonces dijo:
-Os salvamos la vida.
Su tono fue neutro y carente de emoción. Los ex-tributos nos miramos unos a otros sin entender aquella afirmación, o mas bien esa reprimenda por parte de Plutchard. Pero de cualquier modo, no sonó nada bien a mis oídos.
-Para todos vosotros los Juegos terminaron en distintos momentos y de diferentes formas, y nosotros hicimos todo lo posible para salvaros la vida. Os hemos alimentado, entrenado y dado cobijo durante el momento en el que mundo os declaro muertos. Sois unos muertos en vida y nadie os recordara para la posteridad como héroes, sino como unas simples victimas, inocentes o no, de la venganza de un país.
Sus últimas palabras me provocaron un escalofrió.
-Nosotros no pedimos ser salvados-dijo alguien.
Él cerro los ojos un instante, ignoro la interrupción y se aparto un poco de la fila de tributos antes de comenzar ha hablar de nuevo.
-Como pago por nuestra generosidad y como consideramos que ya esteis lo suficientemente entrenados hemos decidido poner en marcha la siguiente parte del plan.-hizo una pausa y nos observo detenidamente-Esta sera la ultima vez que esteis aquí, en una hora seréis trasladados para servir a nuestra rebelión... vuestra rebelión. A algunos se os enseñara como comportaros frente a las cámaras del Capitolio sin ser reconocidos y a otros a ocultar vuestra identidad... en la Arena.
Hubo un instante de silencio y después... el caos absoluto. Gritamos, maldecimos e intentamos acercarnos a él pero los guardias nos detuvieron. Les mordimos, golpeamos e insultamos hasta que nos fallaron las fuerzas y entonces asumimos nuestro destino con lagrimas en los ojos. Lagrimas de rabia, impotencia pero sobre todo, lagrimas de dolor. Habíamos sido traicionados, otra vez.
Mire a Plutchard fijamente. Cuando mi padre y el me habían explicado sus planes habían omitido esa parte, aunque dudaba que mi padre supiera de sus planes, lo cual explicaría su repentina desaparición.
Los guardias se apartaron y comenzaron a dividirnos en dos filas en paredes opuestas de la sala. En la mía se encontraban Leila, Asher, Sefinze, Drew y Beid, todos con una mirada que variaba entre la ira y la confusión, los otros tributos comenzaron a salir. Los guardias nos colocaron de frente contra la pared, pero me las arregle para observar sobre mi hombro y entonces vi como Christian se quedaba rezagado, se arrodillaba y le suplicaba algo a Plutchard en voz baja. Este se quedo pensativo unos instantes, después miro en mi dirección y asintió.
Dos guardias me sacaron de la fila y me mandaron a empujones fuera de la sala. Vi como Christian se levantaba y ocupaba mi puesto en la fila y entonces comprendí porque lo había hecho.
Grite y trate de volver a su lado pero ya era tarde, el se había ofrecido como tributo para salvarme.
Y ahora era mi deber salvarlo a él.

En un lugar mas oscuro que aquel...

Doc sacudió mi hombro suavemente y parpadee mientras mis ojos se adaptaban. Pese a no tener ninguna manera de saber que hora era, mi falta de sueño me hacía suponer que aun faltaba bastante para el desayuno. Mire a Doc desconcertada y el se limito a llevarse un dedo a los labios, con las cadenas enredadas en sus brazos. Sarin seguía dormido.
Oi los pasos de los guardias acercándose por el pasillo y me apreté aun mas contra su pecho, cubriendo parte de mi rostro con la manta. Cuatro guardias se detuvieron frente a nuestra celda, pero no eran los guardias que habitualmente nos traían las comidas, o la comida de Sarin. Estos eran mas robustos y de aspecto mas amenazador.
-Doc...-susurre atemorizada.
-No te separes de mi-dijo él agarrando las cadenas con mas fuerza.
Todo ocurrió en unos segundos. Un guardia me agarro del pelo y tiro de mi, Doc se levanto y le golpeo con las cadenas, pero inmediatamente los otros dos guardias lo agarraron y comenzaron a golpearle.
-¡No! ¡Parad! ¡Por favor, parad! ¡No le hagáis daño! ¡PARAD!
Ellos pararon y yo me lance a su lado acariciando su rostro y poniendo especial cuidado en las partes maltratadas. Sus ojos me observaron con una mirada confusa antes de quedar en blanco y desmayarse. Volvieron a agarrarme pero no grite, quería recordar todo lo que pasara a partir de ese momento.
Sin embargo, cuando llegamos al final del pasillo me pareció oír el rugido de Sarin.

2 comentarios :

  1. Capitulazo, como siempre. Esa parte de los guardias... me ha dejado mal.
    Espero el siguiente pronto, nina!

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    Respuestas
    1. Gracias Shoppo, ultimamente estoy muy liada con los examenes, pero para finales de la próxima semana habra capitulo
      Mxx

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