Tributos

sábado, 21 de julio de 2012

Capítulo 30: Rosas azules

Siento que este sea tan corto, pero es que he tenido que cortarlo por que el siguiente será más largo. Disfrutad. ;)

Leila se apartó justo a tiempo para esquivar mi ataque. Estuve a punto de chocarme contra unas rosas azules venenosas (obviamente, alteradas por mi abuelo), pero paré antes de clavarme si quiera una espina, de lo contrario, habría muerto lenta y dolorosamente.
Volví la vista hacía mi oponente, que había vuelto a prepararse para atacar. Al igual que en las clases de esgrima, cada vez que peleaba con una espada me ponía fría y distante, casi sin pensar en quien era mi oponente, y eso fue lo que hice. Leila se convirtió en mi muñeco de las clases de esgrima, el que yo usaba para entrenar cuando estaba sola y de los que solía haber varios porque después de cada sesión terminaban sin cabeza.

Estaba claro que no tenía ni idea de esgrima ni de como manejar el arma, y eso me daba bastante ventaja, pero que estuviera tan sedienta de venganza y mi herida en el vientre contrarestaba las apuestas en mi favor. Intenté aprovechar el factor de que conocía aquel invernadero como la palma de mi mano, pero eso solo me servía para saber a que plantas no debía acercarme.
El escudo pesaba demasiado. Me maldecí por haberlo cogido, ya que pesaba una tonelada y entre el dolor de la herida del vientre y eso, perdí la espada. Leila hizo una improvisada "cinta" y de la sorpresa solté el arma, entonces hice lo único que me habían repetido mil veces que no hiciera durante una pelea: huir.
Corrí agachada por los pasillos del invernadero, escondiéndome tras las plantas más pobladas y desgraciadamente, las más peligrosas. Al final no pude soportarlo más y caí rendida detrás de unas rosas naranjas, deje caer el escudo y me lleve ambas manos al vientre.
-¡Vamos, Sophie! ¡Sal de donde quiera que estes!-grito Leila.
Gemí. Maldita enamorada, la había subestimado.
No era capaz de moverme de mi escondite, pero me desplacé unos metros más allá, ocultanda esta vez gracias a las rosas azules. No podía ver la posición desde el suelo, por lo que me asome sobre la enredadera. Pero no la vi por ningún lado y eso no era bueno.
Volví a recostarme y suspire de dolor, la herida se había abierto un poco más, me cruzaba unos siete centímetros de ancho desde el ombligo hacía abajo en vertical. Tenía un aspecto horrible, sangriente, así que arranqué un trozo de mi pantalón y me lo até alrededor de la cintura.
-Cucú-oí detrás de mi.
Me gire y vi a Leila con la espada de Christian preparada para darme un golpe mortal y contudente. Como acto reflejo rodé y alargué la mano para agarrar el escudo. Ambas conseguimos algo: ella me hirió la mano y yo recuperé mi escudo.
Lo levante para que me protegiera de cintura para arriba, pero el fuerte impacto que Leila dio con la espada estuvo a punto de hacer que perdiera el agarre del escudo. Apreté los dientes y empuje, rodé de nuevo aguantando el escudo en mi mano izquierda. Cuando golpeó de nuevo, me protegí bajo una mesa, y el único blanco que acertó fueron unas de esas macetas con rosas azules, y algunos trocitos terminaron en mi cabellera plateada.
Gateé lejos de la mesa pero antes si quiera de sacar las piernas ella volvió a atacar. No tenía el escudo preparado pero me protegió del ataque, aunque me derrumbo en el suelo del golpe. La cabeza me daba vueltas y hacía rato que la herida del vientre había aumentado de dolor.
Leila se acercó y apartó el escudo suavemente unos centímetros, lo suficiente para dejar mi garganta al descubierto, volví a coger aire y ella clavo la espada un poco más contra mi garganta.
-Bueno, Sophie ¿unas últimas palabras?-preguntó riendo.
Respiré agitádamente.
-Vete al infierno-murmuré.
Su mirada se volvió fría. Alzo la espada y entonces supe que sería mi última oportunidad de salir viva.
Con mis últimas fuerzas alcé el escudo sobre mi cabeza y lo empujé contra su arma. Conseguí ponerme en pie pero tuve que agarrarme a una mesa para no caerme de nuevo.
Leila jadeó y volvió a intentar atacarme, pero golpeé la espada con el escudo y la mandé lejos del alcance de ambas. Entonces se me echo encima y sus manos buscaron mi herida del vientre, y desgraciadamente la encontraron. Cuando me arañó la herida grité tanto o más que mi pequeño fantasma, le di con el escudo en la cabeza y conseguí quitármela de encima unos segundos, pero en cuanto me puse de pie se abalanzó sobre mí. Prevenida, me lancé al suelo en el último momento y luego alcé las piernas y la empujé contra las rosas azules y sus venenosas espinas se clavaron entorno a su cuerpo.
Jadeé y rodé hasta quedarme de lado, en posición fetal, con las manos descansando en el vientre. Oía los gemidos de mi oponente, sus llantos y sus gritos de ayuda.
Finalmente no lo soporté más. Me levanté, cogí mi mochila, até el escudo a ella como pude y recuperé mi  espada. Me acerqué a Leila que se retorcía entre las espinas de las rosas azules en un intento vano de escapar, levante un poco la espada y susurre:
-Lo siento-sollocé-lo siento...
Con sus últimas fuerzas me escupió en la cara y no me moleste en limpiarme, porque me lo merecía.
Si la mate, fue por compasión, me repito ahora mientras me arrastro por la nieve manchándola de rojo sangre.
<<Ya van dos>>-pienso antes de desmayarme sobre la nieve.
Cuando despierto ya ha caído la tarde, así que corro al bosque donde debería estar Nata esperándome. Pero no la encuentro, y eso no puede ser nada bueno.
<<Tengo que encontrarlos, cueste lo que cueste>>-me digo mientras me curo y vendó las heridas.

7 comentarios :

  1. Bieeeeen!!! Sophie sobrevive, aunque ahora siento lástima por Leila... No que va, la verdad es que no me da pena, ha intentado matar a Sophie y quien sabe que ha asado con Christian por su culpa.
    Kisses, :)

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  2. Vale, siento no haber comentado antes, se me fue el santo al cielo y entre una cosa y otra...
    1. PASADON CON LAS RUINAS DEL CAPITOLIO! Gracias por haber mencionado que yo lo propuse, es un gran gesto por tu parte.
    2. MOTIVACIÓN CUANDO LEÍ QUE IBAS A ABIGAILIZAR LA ROPA! En el capítulo 25 o asi... No me acuerdo pero fue un SUBIDON de los de montaña rusa de categoría;)
    3. Yo quiero enviarte algo, puede ser algo tipo el comentario que te puse de la araña? Te acuerdas? Ese tan gracioso que se me ocurrió? Lo haría con otra cosa pero en plan cómic. Se puede?
    3. Estos últimos capítulos estas que te sales cariño! Para empezar, lo de las sirenas. Veamos, es de las cosas mas brillantes que se te han ocurrido!
    4. Y para terminar, una pregunta. Te has leído La Guerra de los Espejos?? No se si lo habrás leído pero es una historia muy guerrera y medieval sobre Alicia en el país de las maravillas, y como te gusta tanto, el otro día me acorde. A mi me encanto, tiene una segunda parte que se titula Roja, obviamente por la reina. Besos:)

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    1. 1-Es que tengo la Arena diseñada (aún quedan más sorpresas) y me acorde de lo que me comentaste de las ruinas del Capitolio y me pareció buena idea ponerlo.
      2-Jajaja
      3-Si, porfavor, porfavor, porfavor, HAZLO!! HAZLO, PORFA PORFA!! Ahora es cuando me pongo a suplicar xD
      4-No, no me la he leido. es un libro o alguna historia de un blog?
      Muxus enormes qerida!!!

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    2. Es un libro Nina! Léetelo, te va a encantar. De Frank Beddor. Besos:) si, haré la parodia.

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  3. Pobrecita Leila... Se que estan en los juegos del hambre pero no se lo merecen... :(
    El capitulo es genial, como siempre. Me duele hasta a mi la herida de Sophie, pobreta
    Creo que necesito saber ya donde estan Nata y Crhistian, de verdad
    Besoooooooooooooos

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  4. Bueno, a muerto bastante bieen!
    jeJeJe
    Besoss

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  5. ME ENCANTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!! ES GENIAL!! Menos mal que Sophie sale con vidaa!!
    Esta es la mejor arena diseñada en todos los juegos del hambree!!!! Menuda imaginación tienes!! Lo de las rosas azules es genial y cuandoo relatas la batalla parece que tu misma seas Sophie!! En simples palabras: ME ENCANTA! Sigue asii!!
    Un besazoo!

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